Lo desconocido
Anoche escuchamos un ruido muy fuerte que provenía del patio. Tuvimos que salir porque mis perros no dejaban de ladrar. Estuvimos no más de cinco minutos buscando, y al final concordamos que tal vez había sido en el patio vecino. Aunque ya estábamos por entrar, me detuve un breve instante para mirar el cielo, había unas cuantas nubes, no había luna, unas pocas estrellas que titilaban a lo lejos y el sonido hueco de un avión pasando justo encima de nuestras cabezas. Sé que el sonido se escuchó tan fuerte porque el avión estaba muy abajo, pero aun así me hizo sentir un escalofrío mientras miraba el cielo.
Tan pronto como sentí aquello, mi mente comenzó a traer el recuerdo de una pesadilla que había tenido cuando era niña: yo, dentro de una negra y espesa capa de nubes que no dejaba que me moviera. Mis pies no tocaban el suelo y yo estaba flotando en la nada. A lo lejos sentía una enorme presencia que parecía aproximarse a pesar de no ver nada, pero en el sueño, así como en la seguridad de mi cama, me orine del susto.
Esta es la sensación que busca hacerte sentir el horror cósmico.
Como muchos otros subgéneros nacidos a partir del terror, el horror cósmico desafía la racionalidad, la seguridad de los personajes —del lector de igual manera— y el control que se tiene sobre los acontecimientos. Como tal, este subgénero no se centra en lo tangible como pueden ser los monstruos o eventos sobrenaturales, incluso las amenazas físicas directas. El horror cósmico aborda lo existencial, las dudas humanas, el miedo a lo desconocido, la idea de lo pequeños que somos en comparación con el universo, y esto es sobre todo el encanto de leerlo.
También conocido como horror lovecraftniano debido a su principal exponente: Howard Phillips Lovecraft, este es un valle que gusta de explorar las condiciones humanas desde un punto más ignorante. Lo desconocido toma el papel principal en los textos y lo convierte en "una contemplación del lugar de la humanidad en el vasto e inhóspito universo revelado por la ciencia moderna" (Ralickas, 2007) etc., en el que el horror surge del descubrimiento de una verdad espantosa.
Ahora, según Noël Carroll, el horror cósmico no parece bastar con la idea de infundir miedo en el lector, sino que requiere de otras cualidades a la par de la lectura que complete esa sensación que se busca transmitir. Como describe el paper que encontré en Academia, llamado Cosmic Horror and the Question of the Sublime in Lovecraft, es el “miedo y asombro que sentimos cuando nos enfrentamos a fenómenos más allá de nuestra comprensión, cuyo alcance se extiende más allá del estrecho campo de los asuntos humanos y se jacta de tener un significado cósmico”.
El hecho de que explore ámbitos que se escapan de las manos de la humanidad acerca de la introspección humana desde un punto insignificante, hasta los temas tecnológicos del siglo XXI, hace que todo por lo que luchamos o tratamos de salir adelante sea relegado a lo inútil.
«Vivimos en una isla de plácida ignorancia, rodeados por los negros mares de lo infinito, y no es nuestro destino emprender largos viajes» (Lovecraft, 1926: 205)
Como bien dice Carroll, las características de este subgénero del terror van más allá que el simple hecho de dar miedo. Aquí, lo desconocido juega un papel fundamental que hace que el miedo se construya desde una idea que la mente humana no logra comprender. Como en las entidades o fuerzas cósmicas que suelen ser tan ajenas a nosotros y que la idea de tratar de entender algo parecido nos lleve a la locura.
Este subgénero pone a la humanidad como algo que con facilidad puede romperse, destruirse y somos insignificantes ante lo hostil, que a diferencia de otros géneros donde los humanos podemos ser héroes o villanos de nuestra historia, no tenemos ningún control por encima de fuerzas desconocidas. En el horror cósmico somos vulnerables y fácilmente corruptibles, lo que nos abre camino a la siguiente característica: la ausencia de la moral o un sentido de claridad. Como las fuerzas cósmicas no son buenas o malas, refuerza este sentimiento desesperanzador que trasciende nuestra comprensión, las entidades no son motivadas por emociones humanas como el odio o la venganza, se guían por su propia lógica que es ilógica para nosotros.
El ambiente y la opresión juegan un papel fundamental, donde los escenarios suelen ser espacios inhóspitos, como antiguas civilizaciones enterradas, extensiones de desierto, océanos o incluso abismos en el espacio. Los entornos como estos refuerzan la idea del misterio y el aislamiento.
Y finalmente, tenemos la perdida de la cordura cuando tratan de confrontar la realidad en la que están, una que no pueden ser capaces de manejar o que no se puede procesar, lo que lleva a los personajes al colapso.
Si el horror cósmico sigue siendo foco de atención hasta nuestros días, es porque toca una fibra profunda que desafía nuestras creencias sobre el orden del universo, lo que creemos y lo que somos capaces de imaginar. El conocimiento humano tiene un límite, y los conceptos que toca van desde la ciencia y tecnología, hasta los temas religiosos que hasta para el creyente más devoto pone a dudar —de acuerdo, quizás exagero con esto último—, sin embargo, sigue siendo una exploración del miedo primordial del vacío y todo lo que está fuera de nuestro alcance.
La maleabilidad de sus conceptos hacen que su escritura sea fácilmente llevada al público, ya que puede integrarse exitosamente en distintos géneros como lo son la fantasía, el terror psicológico, la ciencia ficción, etc., y lo atractivo de esto es que los lectores pueden elegir entre sus géneros favoritos para encontrar su próxima lectura. Quién sabe, puede que el libro que más amas de tu biblioteca, tenga un poco de horror cósmico. ¿Alguna de las características te suena?
Hablemos de Howard Phillips Lovecraft
Los escritos de Lovecraft se popularizaron debido a que el estadounidense perfeccionó todo este mundo de terror. Sus atmosferas opresivas y sus criaturas incomprensibles hicieron que sus lectores se empaparan de un mundo compartido de mitos y seres antiguos que dieron nombre al llamado "Círculo de Lovecraft" y al Mythos de Cthulhu.
Una de las características más destacables es la creación de un panteón de dioses y seres alienígenas conocidos como los Primigenios o los Antiguos. Dioses o entidades que existen más allá de las leyes naturales. ¿Te suena Cthulhu? ¿Azathoth? ¿Nyarlathotep? Quizás son los más famosos, pero sin duda hay todo un océano de seres en los que puedes sumergirte si quieres leer a Lovecraft.
Habiendo dicho que los espacios desolados son eje característico de este subgénero, los que Lovecraft pinta no se quedan atrás. Estas incluyen ciudades sumergidas como R'lyeh, también paisajes que están ubicados en la soledad de las montañas antárticas y pueblos que se hunden en la decadencia como Innsmouth.
Después del fallecimiento del escritor, la popularidad que tomaron sus escritos hicieron que muchos fans del horror cósmico se aventuraran a escribir sus propias historias y visiones del tema. Para finales del siglo XX, Lovecraft se convertiría en ícono de la cultura pop, llevando en su camino cientos de historias basadas en sus obras, lo que convirtió una idea, en revolucionarias adaptaciones cinematográficas que tuvieron su auge entre los años 1950 y 1970.
Incluso al día de hoy, este fenómeno del horror ha llegado a puntos donde miles de jóvenes que no han leído una sola obra del autor conocen las historias como La Llamada de Cthulhu, debido a videojuegos y la influencia en pequeños foros de internet donde se mantienen conversaciones y se comparten historias propias de este subgénero.
Tengo una pequeña lista de estas adaptaciones, aunque no estoy muy segura de algunas de ellas debido a que también hay libre interpretación de los directores y productores de las películas, pero te puedes dar una idea. Si tienes más ejemplos, no dudes en compartirlos.
1. La marca del muerto (México, 1961) dirigida por Fernando Cortés.
2. The Dunwich Horror (Estados Unidos, 1970) dirigida por Daniel Haller
3. Necronomicon (Estados Unidos, 1993) dirigida por Christopher Gans y Shusuke Kaneto
5. The Deep Ones (Estados Unidos, 2020) dirigida por Chad Ferrin
6. Underwater (Estados Unidos, 2020) dirigida por William Eubank
Por mi parte eso ha sido todo por el día de hoy, agradezco enormemente que hayas llegado hasta aquí y espero verte en la próxima entrada. Te envío un abrazo, nos vemos.
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