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17 ene 2025

La insignificancia del ser ante lo desconocido, hablamos de Horror Cósmico

enero 17, 2025 Posted by M. A. Morán , No comments
Lo desconocido

Anoche escuchamos un ruido muy fuerte que provenía del patio. Tuvimos que salir porque mis perros no dejaban de ladrar. Estuvimos no más de cinco minutos buscando, y al final concordamos que tal vez había sido en el patio vecino. Aunque ya estábamos por entrar, me detuve un breve instante para mirar el cielo, había unas cuantas nubes, no había luna, unas pocas estrellas que titilaban a lo lejos y el sonido hueco de un avión pasando justo encima de nuestras cabezas. Sé que el sonido se escuchó tan fuerte porque el avión estaba muy abajo, pero aun así me hizo sentir un escalofrío mientras miraba el cielo.

Tan pronto como sentí aquello, mi mente comenzó a traer el recuerdo de una pesadilla que había tenido cuando era niña: yo, dentro de una negra y espesa capa de nubes que no dejaba que me moviera. Mis pies no tocaban el suelo y yo estaba flotando en la nada. A lo lejos sentía una enorme presencia que parecía aproximarse a pesar de no ver nada, pero en el sueño, así como en la seguridad de mi cama, me orine del susto.

Esta es la sensación que busca hacerte sentir el horror cósmico.


¿Qué es el horror cósmico?

Como muchos otros subgéneros nacidos a partir del terror, el horror cósmico desafía la racionalidad, la seguridad de los personajes —del lector de igual manera— y el control que se tiene sobre los acontecimientos. Como tal, este subgénero no se centra en lo tangible como pueden ser los monstruos o eventos sobrenaturales, incluso las amenazas físicas directas. El horror cósmico aborda lo existencial, las dudas humanas, el miedo a lo desconocido, la idea de lo pequeños que somos en comparación con el universo, y esto es sobre todo el encanto de leerlo.

También conocido como horror lovecraftniano debido a su principal exponente: Howard Phillips Lovecraft, este es un valle que gusta de explorar las condiciones humanas desde un punto más ignorante. Lo desconocido toma el papel principal en los textos y lo convierte en "una contemplación del lugar de la humanidad en el vasto e inhóspito universo revelado por la ciencia moderna" (Ralickas, 2007) etc., en el que el horror surge del descubrimiento de una verdad espantosa.

Ahora, según Noël Carroll, el horror cósmico no parece bastar con la idea de infundir miedo en el lector, sino que requiere de otras cualidades a la par de la lectura que complete esa sensación que se busca transmitir. Como describe el paper que encontré en Academia, llamado Cosmic Horror and the Question of the Sublime in Lovecraft, es el “miedo y asombro que sentimos cuando nos enfrentamos a fenómenos más allá de nuestra comprensión, cuyo alcance se extiende más allá del estrecho campo de los asuntos humanos y se jacta de tener un significado cósmico”.

El hecho de que explore ámbitos que se escapan de las manos de la humanidad acerca de la introspección humana desde un punto insignificante, hasta los temas tecnológicos del siglo XXI, hace que todo por lo que luchamos o tratamos de salir adelante sea relegado a lo inútil.



«Vivimos en una isla de plácida ignorancia, rodeados por los negros mares de lo infinito, y no es nuestro destino emprender largos viajes» (Lovecraft, 1926: 205)



Las características del Horror Cósmico

Como bien dice Carroll, las características de este subgénero del terror van más allá que el simple hecho de dar miedo. Aquí, lo desconocido juega un papel fundamental que hace que el miedo se construya desde una idea que la mente humana no logra comprender. Como en las entidades o fuerzas cósmicas que suelen ser tan ajenas a nosotros y que la idea de tratar de entender algo parecido nos lleve a la locura.

Este subgénero pone a la humanidad como algo que con facilidad puede romperse, destruirse y somos insignificantes ante lo hostil, que a diferencia de otros géneros donde los humanos podemos ser héroes o villanos de nuestra historia, no tenemos ningún control por encima de fuerzas desconocidas. En el horror cósmico somos vulnerables y fácilmente corruptibles, lo que nos abre camino a la siguiente característica: la ausencia de la moral o un sentido de claridad. Como las fuerzas cósmicas no son buenas o malas, refuerza este sentimiento desesperanzador que trasciende nuestra comprensión, las entidades no son motivadas por emociones humanas como el odio o la venganza, se guían por su propia lógica que es ilógica para nosotros.

El ambiente y la opresión juegan un papel fundamental, donde los escenarios suelen ser espacios inhóspitos, como antiguas civilizaciones enterradas, extensiones de desierto, océanos o incluso abismos en el espacio. Los entornos como estos refuerzan la idea del misterio y el aislamiento.

Y finalmente, tenemos la perdida de la cordura cuando tratan de confrontar la realidad en la que están, una que no pueden ser capaces de manejar o que no se puede procesar, lo que lleva a los personajes al colapso.



Si el horror cósmico sigue siendo foco de atención hasta nuestros días, es porque toca una fibra profunda que desafía nuestras creencias sobre el orden del universo, lo que creemos y lo que somos capaces de imaginar. El conocimiento humano tiene un límite, y los conceptos que toca van desde la ciencia y tecnología, hasta los temas religiosos que hasta para el creyente más devoto pone a dudar —de acuerdo, quizás exagero con esto último—, sin embargo, sigue siendo una exploración del miedo primordial del vacío y todo lo que está fuera de nuestro alcance.

La maleabilidad de sus conceptos hacen que su escritura sea fácilmente llevada al público, ya que puede integrarse exitosamente en distintos géneros como lo son la fantasía, el terror psicológico, la ciencia ficción, etc., y lo atractivo de esto es que los lectores pueden elegir entre sus géneros favoritos para encontrar su próxima lectura. Quién sabe, puede que el libro que más amas de tu biblioteca, tenga un poco de horror cósmico. ¿Alguna de las características te suena?


Hablemos de Howard Phillips Lovecraft

Los escritos de Lovecraft se popularizaron debido a que el estadounidense perfeccionó todo este mundo de terror. Sus atmosferas opresivas y sus criaturas incomprensibles hicieron que sus lectores se empaparan de un mundo compartido de mitos y seres antiguos que dieron nombre al llamado "Círculo de Lovecraft" y al Mythos de Cthulhu.

Una de las características más destacables es la creación de un panteón de dioses y seres alienígenas conocidos como los Primigenios o los Antiguos. Dioses o entidades que existen más allá de las leyes naturales. ¿Te suena Cthulhu? ¿Azathoth? ¿Nyarlathotep? Quizás son los más famosos, pero sin duda hay todo un océano de seres en los que puedes sumergirte si quieres leer a Lovecraft.

Habiendo dicho que los espacios desolados son eje característico de este subgénero, los que Lovecraft pinta no se quedan atrás. Estas incluyen ciudades sumergidas como R'lyeh, también paisajes que están ubicados en la soledad de las montañas antárticas y pueblos que se hunden en la decadencia como Innsmouth.

Después del fallecimiento del escritor, la popularidad que tomaron sus escritos hicieron que muchos fans del horror cósmico se aventuraran a escribir sus propias historias y visiones del tema. Para finales del siglo XX, Lovecraft se convertiría en ícono de la cultura pop, llevando en su camino cientos de historias basadas en sus obras, lo que convirtió una idea, en revolucionarias adaptaciones cinematográficas que tuvieron su auge entre los años 1950 y 1970.

Incluso al día de hoy, este fenómeno del horror ha llegado a puntos donde miles de jóvenes que no han leído una sola obra del autor conocen las historias como La Llamada de Cthulhu, debido a videojuegos y la influencia en pequeños foros de internet donde se mantienen conversaciones y se comparten historias propias de este subgénero.

Tengo una pequeña lista de estas adaptaciones, aunque no estoy muy segura de algunas de ellas debido a que también hay libre interpretación de los directores y productores de las películas, pero te puedes dar una idea. Si tienes más ejemplos, no dudes en compartirlos.

1. La marca del muerto (México, 1961) dirigida por Fernando Cortés.
2. The Dunwich Horror (Estados Unidos, 1970) dirigida por Daniel Haller
3. Necronomicon (Estados Unidos, 1993) dirigida por Christopher Gans y Shusuke Kaneto
5. The Deep Ones (Estados Unidos, 2020) dirigida por Chad Ferrin
6. Underwater (Estados Unidos, 2020) dirigida por William Eubank


Por mi parte eso ha sido todo por el día de hoy, agradezco enormemente que hayas llegado hasta aquí y espero verte en la próxima entrada. Te envío un abrazo, nos vemos.











18 oct 2023

El ambiente que rodea a tus personajes

octubre 18, 2023 Posted by M. A. Morán , , No comments
Buenos días, tardes o noches, dependiendo del horario en el que estés leyendo la siguiente entrada. Hoy quiero darte un empujoncito a que escribas, partiendo de un punto muy específico, por si tienes ese molesto bloqueo que padecemos muchos. 

Primero, explicarte que los personajes de tu escrito, son el alma de toda historia ya creada y por crear. Puedes tener la trama más fascinante o un mundo perfectamente construido, pero son los personajes quienes llevan la trama en el bolsillo. Por eso, la creación de un buen personaje es esencial a partir del punto cero (como me gusta llamarlo). Si los personajes no se sienten reales, la historia podría desmoronarse. 

Cada aspecto de tus personajes —su personalidad, apariencia física, forma de vestir, forma de pensar— puede surgir a partir de un punto cero, sin embargo, la idea de esta entrada no es darte una ficha para que desarrolles a tus personajes, estamos, más bien, en el umbral que permite que tus personajes vean el ambiente en el que los vas a colocar. 

Un buen personaje no solo reacciona a su entorno, sino que transforma las circunstancias con su presencia. Hoy vamos a trabajar un poco la idea: ¿cómo lograr que tus personajes respiren, sientan y vivan el contexto que los rodea.

Por ejemplo, no puedes poner a una niña con fobia a las arañas, en un pasillo oscuro que está infestado de estas sin mostrar su reacción natural: desesperación, gritos, llanto, etc. Y eso es porque el entorno debe afectar al personaje, tanto como el personaje afecta a la historia con sus decisiones.

El ejercicio que traigo es bastante sencillo:

Tengo una premisa para ti, vas a trabajarla desde el punto cero de un personaje que tengas por ahí, puede ser uno ya creado por alguien más o de tu invención. La idea es que te metas en la piel del personaje y guíes la historia hacia alguna de las opciones que te propongo.

Este ejercicio te ayudará a conectar con el personaje y entender cómo podría sentirse sí..., qué haría sí..., cómo resolvería esto con... y muchas otras preguntas que en el proceso suelen aparecer. Cuando vuelvas a escribir tus historias podrás conectar con tus personajes, no importa si son protagonistas o antagonistas, de una forma más real, mostrando sus emociones, virtudes, defectos y temores con mayor profundidad. 

Premisa.

"Aunque la vi a lo lejos y podría confundirme, su figura no parecía común. Ella estaba ligeramente inclinada, con las piernas entreabiertas y ambas manos en alto. Me observaba, sentía su mirada acechante perforar mi pecho como si de un puñal se tratara. Su cabello era negro. No alcanzaba a ver su rostro debido a la distancia y a que la luz de la farola encendida sobre su cabeza hacía una sombra tétrica."

Tienes la libertad de hacerlo con la persona que más se te acomode, yo aquí escogí primera persona, pero si te sientes cómodo/a escribiendo en tercera persona, adelante.

Lo siguiente que vas a hacer será escoger una de estas opciones para desarrollar. Puedes llevarla a donde prefieras, pero debe quedar explicita la opción que te di. 

  1. Pesadilla recurrente.
  2. Mensaje de advertencia.
  3. Alucinación.
  4. La mujer que siempre regresa.
  5. Figuras en el espejo.
  6. Falsamente a salvo.

Añade preguntas guía a tu escrito, como ¿qué es lo que siente el protagonista en el primer instante que ve a la mujer? ¿hay miedo, curiosidad? ¿el personaje se acerca a la mujer, se aleja? Piensa también en cómo actuarías tú, de estar en la situación, dale tus emociones al protagonista sin dejar de pensar que son dos conciencias distintas, la tuya y la del personaje.

Piensa en el entorno también, ¿cómo es el lugar? ¿hace frío, calor? ¿silencioso, es un espacio abierto, es concurrido? ¿en cuánto la mujer aparece se siente más pesado el ambiente? Todos los elementos que puedas usar para aumentar la tensión son bienvenidas (la farola parpadea, una brisa helada sopla, etc.).

Si quieres añadir un desafío adicional, adelante. Después de elegir una opción, puedes darle los toques personales que prefieras, siempre y cuando no te desvíes de la meta inicial. Proponer un giro inesperado puede agregarle complejidad a la historia, además de darle creatividad.

Aquí va mi propuesta, como un ejemplo:

Mi mala organización me había llevado a quedarme hasta tarde en la biblioteca de la facultad. Era invierno, anochecía tan rápido que sentía que el tiempo se me iba como agua entre mis dedos. Resople con fuerza cuando me vi sola en la parada del camión, si no fuera porque llevaba encima el taser que me regaló mi papá estaría nerviosa, pero ese pedazo de plástico con electricidad corriente me envalentonaba —y hasta deseaba que alguien se me acercará con malas intenciones— más de lo que debería. 

El camión que me llevaba a mi departamento solía tardar entre quince y veinte minutos, pero el frío me volvía impaciente. Sin dejar de mirar el camino, entre los árboles clavé la mirada para estar lista, subir rápido y pagar, pero el pinche camión, nomás no llegaba. 

Comencé a jugar con mi aliento, gracias a la luz anaranjada de la farola frente a mí, podía verla con claridad. Había bruma, por lo que ver el aliento salir disparado me traía una sensación conocida y que había dejado de sentir desde hace mucho tiempo. Baje la mirada hasta mis pies y jugando con una piedra, la pateé hasta la calle con media sonrisa viendo lo lejos que había llegado, pero salió de mi visión en cuanto subí la mirada para enfocarla frente a mí. 

Un frío raro se coló por mi espalda y sentí el vello de mi nuca enchinarse. 

Aunque la vi a lo lejos y podría confundirme, su figura no parecía común. Ella estaba ligeramente inclinada, con las piernas entreabiertas y ambas manos en alto. Me observaba, sentía su mirada acechante perforar mi pecho como si de un puñal se tratara. Su cabello era negro. No alcanzaba a ver su rostro debido a la distancia y a que la luz de la farola encendida sobre su cabeza hacía una sombra tétrica, pero podía jurar que sus ojos estaban enfocados en mí, justo como yo lo estaba haciendo con ella. 

Trague saliva, paralizada, en cuanto pude captar un leve movimiento de su pierna izquierda hacia adelante. ¿Estaba caminando hacia mí? Un mareo provocó que me dieran ganas de vomitar, el fugaz recorrido que hizo mi sangre de arriba a abajo me hicieron entrar en calor, como si mi cuerpo me ordenará salir corriendo, pero aun así, permanecí quieta. 

Mire de nuevo el camino deseando que el camión estuviera en la otra parada recogiendo gente, pero no. El lugar estaba desolado, ni el viento que soplaba hace unos instantes parecía querer hacer ruido.

Regrese la mirada hasta la mujer, y mi corazón latió con fuerza cuando vi que la farola a su lado comenzaba a parpadear. Di un paso hacia atrás y ella dio otro hacia adelante, mi respiración se cortó al verla y eso pareció un aliciente para que, con sus movimientos torpes, bajará a la calle y se acercará cada vez más a mí.

Mi cuerpo ya no lo dudó más y me obligó a echarme a correr, yo sin estar del todo consciente de lo que acababa de ver. Pronto, me vi en la calle posterior a esa, una avenida más grande y transitada, donde las miradas extrañadas de la gente me recibieron. Luces de navidad, adornos, un hombre vestido de Santa, pero ni rastro de la mujer.

Talle mis ojos por las ganas de llorar y emprendí el camino a casa de mi madre que vivía a diez minutos caminando. Esta noche, ni loca dormía sola. 

En cuanto llegue me miró alegre, pero sorprendida de que estuviera ahí tan tarde. Me abrazó con fuerza y yo me sentí protegida. Después de aquello, estar en los brazos de mi madre me hacía sentir a salvo de cualquier cosa. Me dio el valor suficiente como para contarle todo lo sucedido y en cuanto terminé, me acercó una taza de chocolate caliente y sonrió.

—No te preocupes, mija, ya todo terminó —dijo mostrando sus dientes manchados de un líquido negruzco y espeso. 

Fruncí el ceño y la miré detenidamente, mi corazón latió rápido en cuanto note que la luz de la lámpara de mi madre no era de su típico color blanco, sino anaranjado, como la farola.

—Ya no tienes que temer —volvió a hablar. 

Apreté mis ojos y al abrirlos, estaba de nuevo en la parada del camión, debajo de la farola y al lado de mí una mujer ligeramente inclinada que me sonreía con un líquido espeso saliendo de su boca. La farola parpadeo y a lo lejos vi mi camión. Solo alcance a dar un suspiro antes de que la luz se apagara y yo sintiera que una mano me tomaba de la espalda. La oscuridad me envolvió.





Como vez yo escogí la opción 6. Falsamente a salvo y le agregué ciertas cosas que me gustaron. Ahora es tu turno, pero recuerda, este es un ejercicio para que tus personajes respiren, sientan y palpen ese ambiente en el que los estás metiendo. 

No tengas miedo de sumergirte en los pensamientos de tu personaje, escríbelo todo, lo lógico, lo irracional, exagerado o no, incomodidad, suelta todo lo que tu cabeza te permita soltar. 

¡Muy buena suerte y gracias por leer!
 

7 oct 2023

Edgar Allan Poe: Una vida marcada por el conflicto

octubre 07, 2023 Posted by M. A. Morán , No comments
Una vida marcada por el conflicto

Pocos nombres en la literatura son tan fascinantes como el de Edgar Allan Poe, quien no solo escribió sobre el terror, lo vivió. El resultado fue una obra que hasta el día de hoy sigue resonando como un eco inquietante. Sus tragedias personales y la imaginación, hicieron buena mancuerna para crear historias que nos llevan a explorar no solo los horrores externos, sino lo que acecha dentro de nuestra propia mente.

Hoy te voy a hablar de Edgar Allan Poe, icónico escritor nacido el 19 de enero de 1809 en Boston, Massachusetts, y fallecido un día como hoy, 7 de octubre pero de 1849 en Baltimore, Maryland. Siendo una de las figuras públicas de la literatura más influyentes del XIX, su legado trasciende las generaciones como el creador del cuento de terror moderno, pionero del relato detectivesco y uno de los poetas que popularizaron la literatura estadounidense.

De su vida sabemos que desde joven enfrentó numerosas adversidades. Quedando huérfano antes de cumplir los tres años y nunca formalmente adoptado por Frances y John Allan, Poe no era precisamente el favorito de Dios. Su relación con su padre adoptivo, era bastante tensa y conflictiva, lo que marcó profundamente su carácter, haciendo que los conflictos, sumados a la pobreza y las tragedias personales, como la muerte de su esposa Virginia Clemm, influyeran en su perspectiva oscura y melancólica de la vida.


Sus obras

Con altibajos, más bajos que altos, Poe logró transmitir en sus obras una narrativa que nos invita a explorar los más oscuros rincones de la mente humana, a reflexionar sobre los dilemas existenciales y poner en práctica la moral de nuestras propias decisiones. Obras como "El corazón delator", "El gato negro" y "El barril de amontillado", no solo exponen horrores externos, sino que obligan al lector a enfrentarse a sus propios miedos, culpas y obsesiones. Para Poe, visitar esa delgada línea entre la cordura y la locura, hacían de sus escritos una herramienta para diseccionar la psique humana.

En sus relatos, los personajes a menudo se encuentran con sus demonios internos, representados en escenarios llenos de tensión y simbolismos. Tomemos como ejemplo "El gato negro" en donde la espiral descendente del narrador nos lleva a reflexionar sobre lo que la culpa puede llegar a afectarnos y que las emociones reprimidas llegan a manifestarse de formas destructivas.

Es interesante cómo el impacto de las obras de este escritor han llegado a puntos casi introspectivos. Su habilidad para transportarnos a la atmósfera opresiva que normalmente rodea a sus personajes, nos provoca parar un instante —o por lo menos a mí— y mirar hacia dentro para responder a las preguntas: ¿Qué es lo que me aterra realmente? ¿Estoy reprimiendo emociones? ¿Estoy lidiando con culpas o perdidas?

En otra de sus obras, un poema específicamente, llamado "El cuervo" nos pone en bandeja de plata la sensación del duelo y la tristeza que la desesperación le hace vivir al personaje. La búsqueda de un significado ante lo inevitable. Siento que leer a Poe es una experiencia bastante catártica, y enfrentarse a su narrativa es como enfrentarse a uno mismo.


Su legado

Hasta ahora, dentro de mis investigaciones rápidas, no he encontrado datos que aseguren lo que viene a continuación más que un montón de blogs olvidados del 2009-2014 con referencias que a veces van a un link roto, por eso le pedí ayuda a mi amigo Dante y me pasó algunas cositas interesantes que pueden ser de ayuda.

Existe todo un club de fans (y no tanto) que siguieron la obra de Edgar Allan Poe con admiración e hicieron sus propias obras basadas en estas, pero también imitadores muy buenos que consolidaron su propio estilo a partir del mismo. Solo hablaré de unos cuantos, pero su relevancia es bastante sólida. Yo misma al leer los artículos me quedé sorprendida por la cantidad de gente a la que inspiró, y que gracias a la admiración de cierto traductor francés, Poe pudo ser lanzado al ojo europeo y su fama se expandió fuera de su continente. Estoy hablando de Charles Baudelaire, traductor de muchas de las obras del escritor estadounidense al idioma francés, aunque estos dos jamás se conocieron, Baudelaire sintió que había encontrado a su alma gemela en Poe. (Poe and Baudelaire. Reading Interrupted - Letizia, 2014)

Según Baudelaire, el romanticismo y su preocupación estética era lo destacable en sus escritos, como ejemplo "Exquisitez estética e intensidad espiritual" es la obra de Baudelaire influida por Poe. Para los franceses, sobre todo los del estilo simbolista, Poe se convirtió en una vanguardia y lo que ellos consideraban el "poeta puro".

Otro ejemplo de admirador, pero no tanto, es Sir Arthur Conan Doyle, padre del afamado detective Sherlock Holmes y su compañero el Doctor Watson. Esta dupla hizo que el género detectivesco mejorara de manera que otros personajes quedarían por debajo de él. Sin embargo, gracias al profesor de Sir Arthur, el Doctor Joseph Bell, fue que pudo conocer los trabajos de Poe y revolucionar sus escritos según el ensayo de Jose Manuel Ventura Rojas "Poe y su influencia en autores posteriores", ya que se cree que las coincidencias no son para nada descabelladas con el personaje Auguste Dupin en la obra "Los crímenes en la calle Morgue" de Poe.

Aunque no era precisamente un admirador, el 1 de marzo de 1909, Conan Doyle dedicó unas palabras a Edgar Allan Poe por su centenario, en el Hotel Metropole en Londres, en donde dijo que la herencia de Poe, a pesar de no haber llegado a su pleno desarrollo, era digna de admirar y tener el reconocimiento que hasta ese día (y en la actualidad) se le daba. (Lecture In Memory Of Edgar Allan Poe - The Arthur Conan Doyle Encyclopedia, s. f.-b)

Los imitadores de Poe eran una ligera diversión para los que conocían al escritor, y hubo muchos, unos más famosos que otros. Había algunos que tenían un estilo cuasiperfecto y que podrían pasar como originales al ojo del que sabía, pero había uno que no solo admiraba Poe, sino que su lírica y formación acabada en lo macabro fueron los cimientos de su propio espacio en el mundo de la literatura. Estoy hablando de Howard Philips Lovecraft.

Siendo un gran contribuidor al horror cósmico con obras que hasta nuestros días son vigentes como "The Call of Cthulhu", Lovecraft manifestó su admiración y que en sus obras hay un poco del estilo de Poe. En uno de los ensayos del escritor, le dedicó todo un apartado, en donde no solo deja entrever su admiración, sino que lo describe como "el maestro absoluto de la narrativa macabra" y destaca que sus relatos están llenos de un "análisis meticuloso de emociones oscuras". (Supernatural Horror In Literature By H. P. Lovecraft, s. f.)

Y podemos seguir hablando de los autores a los que Poe influenció, pero lo dejaré para una segunda parte en algún momento.


Edgar Allan Poe hoy en día

Como mencionaba, Poe tiene un amplio repertorio de cuentos, poesía —quizás en donde más destaca—, crítica literaria y ensayos, todos de diversos temas que lograron captar la atención. Además de escribir numerosas cartas y una novela larga. Quizás el punto más alto de la carrera de Poe fue al publicar "Tales of the Grotesque and Arabesque" (Cuentos de lo Grotesco y Arabesco), ya que ese año vio nacer las ventas más importantes que nunca había tenido, al mismo lamentable hecho de que se veía decaer por la bebida.

Poe sigue siendo relevante en el siglo XXI, no solo por su habilidad para contar historias, sino porque sus temas trascienden el tiempo. La lucha interna, el miedo a lo desconocido y el anhelo por comprender nuestro lugar en el mundo son inquietudes que no tienen límite generacional y que, sin lugar a dudas, seguirá siendo parte de la naturaleza humana. Sus obras son una flagrante invitación a reflexionar y explorar nuestras emociones.

Si nunca has leído a Edgar Allan Poe, comienza con relatos como "El gato negro" o "Corazón delator". Deja que su narrativa te guie hacia una introspección profunda, donde descubrirás tanto los horrores como las maravillas de la mente humana.



Esta fue la entrada del día. Espero que la hayas disfrutado y que hayas podido añadir a tus lecturas a un nuevo autor. Nos vemos la próxima vez, te envío una brazo. 



31 ago 2023

La Tormenta

agosto 31, 2023 Posted by M. A. Morán , No comments
La siguiente historia a continuación, fue mi participación para el concurso que llevó a cabo la Revista Frescazine para su edición de Relatos de Terror Octubre 2021, en donde gané el segundo lugar. Fue mi segunda ocasión participando en un concurso de este tipo, así que nunca me esperé conseguir un puesto. Durante la lectura se podrán notar varios errores de ortografía, puntuación y sintaxis, normalmente los corregiría para subirlo aquí, sin embargo, así tal cual, fue enviado a la revista, por lo que tiene un significado muy personal dejarlo tal y como está. 

Ver lo que he mejorado hasta el momento, no solo hace que me sienta orgullosa, sino que provoca un sentimiento de aprecio y ternura a la "yo" de ese octubre. Espero que en cinco años más, pueda ver mis entradas actuales con cariño, tal y como lo hago ahora.

Pueden ir a apoyar a la revista en su Instagram para que estén atentos a lo que sube y puedan participar en sus eventos. Un abrazo a las creadoras por haberme dado esa oportunidad.




La tormenta

Cuando era niña, en una tarde lluviosa de septiembre, mi familia y yo nos preparábamos en caso de que hubiera un apagón. Las luces parpadeaban en advertencia de que muy pronto estaríamos a oscuras.

Compramos velas y algunos encendedores para tener un poco de luz. No es que no estuviéramos acostumbrados a la lluvia, pero cuando la luz se iba en toda la colonia se ponía tan oscuro que los truenos daban escalofríos cuando se escuchaban a lo lejos romper entre el cerro junto con aquellos segundos de luz que provocaban los relámpagos al caer.

Mi madre solía cantarnos para que mi hermana y yo no tuviéramos miedo. Yo no me sentía intimidada por la lluvia o el estruendo, pero aunque quisiera, no podía evitar sentirme nerviosa. Éramos niñas. Nos sentábamos a sus pies escuchando su voz que de vez en cuando era opacada por el feroz sonido de los truenos. Había ocasiones en las que después de un rato nos quedábamos dormidas hasta el día siguiente donde ya casi no había rastro de que en algún momento durante la noche se hubiera desatado un infierno, pero esa tarde fue diferente.

La luz del día estaba desapareciendo muy lentamente. Aunque estuviéramos entretenidas viendo televisión o jugando con nuestros juguetes, sabíamos que en cualquier momento haríamos uso de las velas que habían comprado.

Papá siempre nos decía que éramos afortunadas en quedarnos dormidas después de un rato. Nosotras no sabíamos que después de una hora, las velas se acababan y todo quedaba en completa oscuridad. Mi hermana es mucho más pequeña que yo, así que es muy fácil asustarla, y la oscuridad era su mayor enemiga.

A las nueve de la noche la lluvia no había dado tregua y los relámpagos eran cada vez mas amenazantes. “Si la luz no se va ahora, seré yo quien corte la electricidad” papá comentó con ironía. Aunque mamá y yo nos reímos, podía sentir algo muy extraño en su tono, no eran sus típicos comentarios para hacernos reír burlándose de la situación.

Quizás fue la confianza que sentía con cada minuto pensando para mí que esa noche no habría un apagón, pero como si fuera una rápida contestación a mi certeza de irme a la cama con la luz encendida, un relámpago cruzó de esquina a esquina por encima de la casa haciendo que por unos momentos el silencio resultara abrumador y justo después el sonido del peor trueno que había escuchado jamás hiciera acto de presencia apagando todo rastro de luz que se viera dentro y fuera de las casas.

El primer grito vino de mi hermana, el segundo de mi madre tratando de encontrarla y el tercero fue mío. Una fuerte mano había tomado mi pie derecho mientras yo trataba de correr con papá.

La llama de una vela nos sorprendió, mi hermana estaba en los brazos de mi madre y ambas me veían a mi preguntándose porque había gritado mucho después de que la luz se fuera. No me asustaba tanto quedarme a oscuras, pero esa horrible sensación de frialdad que sentí al no poder moverme por culpa de una mano huesuda y con grandes uñas no la olvidaré jamás.

Comencé a llorar. Entré en un estado de nerviosismo puro que gritaba por mí unas palabras sin sentido, tratando con fuerza de explicar lo que había sentido sin sonar ridícula o mentirosa. “Solo lo imaginaste. El trueno sonó muy cerca así que debiste sentir un escalofrío” dijo mi padre tratando de encontrar lógica a mis balbuceos.

Es verdad, sí, tuve un escalofrío, pero no sabría decir si fue por ese ensordecedor sonido o por la mano fría aferrándose a mi pie como si buscara tomar impulso de mis movimientos.

No podía concebir que aquello hubiera sido parte de mi imaginación siendo que pude sentir cada uno de los dedos doblando sus articulaciones a mi alrededor, pero así había terminado el tema. Estuve pegada a mi madre la siguiente media hora. Mi hermana estaba quedándose dormida en sus piernas, ella tarareaba una canción de cuna y trataba de tranquilizarme, mientras que mi padre hallaba la forma de mantener una vela unida a otra con pedazos de cera que había encontrado en un cajón para que así tuviéramos más luz por un rato.

Al ver a mi hermana podía sentir envidia. Ella estaba tranquila tratando de dormir, mientras que yo me mecía de los nervios.

"¿Por qué no te recuestas? Verás que te quedas dormida muy rápido si te rasco la cabeza" me dijo serena tratando de aliviar un poco mi ansiedad. Yo obedecí, quizá sentir su mano acariciarme calmaría la frustración que sentía al no poder probar lo que había pasado, pero, para ser honesta ¿para qué querría probar aquello? Era mejor si lo dejaba por la paz y me decía a mi misma que había sido solo parte de mi imaginación.

Internamente comencé a repetir que no había pasado nada, había sido una fantasía que mi mente cansada de la lluvia había creado por capricho. “No fue real” me decía y fue así que finalmente pude quedarme dormida escuchando el gentil tarareo de mi madre.

Una horrible voz desde el interior de mi cabeza me llamó usando un tono enfermizo mientras unos rasguños sonaban a lo lejos. Me removí un poco buscando algo con que taparme, pero me di cuenta de que aún estaba en la sala de estar. Abrí los ojos viendo la oscuridad que ya me esperaba, escuchaba los ronquidos de mi padre acostado desde el otro sofá y al palpar el lugar en donde yo me encontraba me di cuenta de que estaba en una colchoneta que habían puesto ahí para pasar la noche.

Levanté mi mano en busca del sofá y pude sentir la mano de mi hermana colgando desde arriba. Estaba dormida con mi madre, acurrucada en su pecho como una bebé.

Me levanté para ir al baño. Escuchar la lluvia caer por horas hizo que tarde o temprano las ganas de mear se hiciera algo inevitable, no tuve de otra que poner mi mano en la pared para ir guiándome hasta el piso de arriba buscando la puerta del baño.

Me senté en la taza pensando en terminar lo más rápido que podía y así finalmente regresar a donde estaba mi familia, pero una voz, la misma voz obscena que había escuchado entre sueños me llamó por mi nombre desde la parte de arriba de la cortina del baño. No me moví un centímetro mientras escuchaba su respiración. Me sentía como si fuera una presa, un insecto atrapado en la red de una araña que estaba esperando una señal para echarse encima. Con el rabillo del ojo, traté de ver que era, pero apenas podía ver una parte de la silueta delgada que se sostenía con dos brazos esqueléticos. Comencé a sollozar pensando en gritarle a mis padres, pero si no llegaban a tiempo ¿qué clase de escena verían? Cerré los ojos con fuerza y me quedé ahí, estática, esperando junto con aquella cosa que me observaba.

No sé cuanto tiempo estuve ahí, pero estaba segura de que apenas habían sido minutos. La voz de mi madre junto con el suave toque de sus nudillos del otro lado de la puerta me sacó del escenario en el que yo misma me había metido.

Abrí la puerta en busca de sus brazos y ella, tomándome también, acarició mi cabeza y me llevó de vuelta a dormir a la sala. Pensando que todo había terminado, la oscuridad de la habitación fue mi refugio, hasta que un feroz relámpago encendió por unos segundos mi alrededor dejando ver que una criatura descarnada, huesuda y con la cabeza al revés estaba parada en el marco de la puerta. Me desmayé segundos después dejando que todo aquello se lo llevara la noche.

Al día siguiente todo parecía en su lugar. La lluvia no había dejado rastro de que hubiera estado ahí gracias al sol que ya calentaba a tempranas horas de la mañana.

Nadie me creyó, ni mi madre, ni mi padre. Ahora cada que llueve, tengo miedo de toparme con aquella criatura de nuevo, tengo miedo de que vuelva a verme con esos ojos saltones carentes de alma y esa sonrisa que me decía que no tendría reparo alguno en dejar atrás un sangriento desastre.